- Quien quiera salvarse, antes que nada es necesario que mantenga la fe católica*;
- La cual fe, si no se conserva íntegra y sin mancha, sin duda perecerá eternamente.
- Y la fe católica* es esta: Que adoramos a un solo Dios en la Trinidad, y a la Trinidad en la Unidad;
- Ni confundir las personas ni dividir la sustancia.
- Porque hay una persona del Padre, otra del Hijo y otra del Espíritu Santo.
- Pero la Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo es toda una, la gloria igual, la majestad coeterna.
- Tal como es el Padre, tal es el Hijo y tal es el Espíritu Santo.
- El Padre increado, el Hijo increado y el Espíritu Santo increado.
- El Padre incomprensible, el Hijo incomprensible y el Espíritu Santo incomprensible.
- El Padre eterno, el Hijo eterno y el Espíritu Santo eterno.
- Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno.
- Como también no hay tres increados ni tres incomprensibles, sino un increado y un incomprensible.
- Así también el Padre es todopoderoso, el Hijo todopoderoso y el Espíritu Santo todopoderoso.
- Y sin embargo, no son tres todopoderosos, sino un solo todopoderoso.
- Así que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios;
- Y, sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios.
- Así también el Padre es Señor, el Hijo Señor y el Espíritu Santo Señor;
- Y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor.
- Porque así como estamos obligados por la verdad cristiana a reconocer a cada Persona por sí misma como Dios y Señor;
- Así que la religión católica* nos prohíbe decir: Hay tres dioses o tres señores.
- El Padre no está hecho de ninguno, ni creado ni engendrado.
- El Hijo es sólo del Padre; no es hecho ni creado, sino engendrado.
- El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo; no es hecho, ni creado, ni engendrado, sino que procede.
- Así que hay un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos.
- Y en esta Trinidad ninguno está antes o después de otro; ninguno es mayor o menor que otro.
- Pero las tres personas en su totalidad son coeternas, y coiguales.
- De modo que en todas las cosas, como se ha dicho, se debe adorar la Unidad en la Trinidad y la Trinidad en la Unidad.
- Por lo tanto, el que quiera salvarse debe pensar en la Trinidad.
- Además es necesario para la salvación eterna que también crea correctamente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo.
- Porque la fe correcta es que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, es Dios y hombre.
- Dios de la sustancia del Padre, engendrado antes de los mundos; y el hombre de la sustancia de su madre, nacido en el mundo.
- Dios perfecto y hombre perfecto, de alma razonable y carne humana subsistente.
- Igual al Padre en cuanto a su divinidad, e inferior al Padre en cuanto a su humanidad.
- Que, aunque es Dios y hombre, no es dos, sino un solo Cristo.
- Uno, no por la conversión de la divinidad en carne, sino por la toma de esa virilidad en Dios.
- Uno solo, no por confusión de sustancia, sino por unidad de persona.
- Porque como el alma razonable y la carne son un solo hombre, así Dios y el hombre son un solo Cristo;
- Que sufrió por nuestra salvación, descendió a los infiernos y resucitó al tercer día de entre los muertos;
- Subió al cielo, está sentado a la derecha del Padre, Dios, Todopoderoso;
- Desde allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.
- En cuya venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos;
- y darán cuenta de sus propias obras.
- Y los que hayan hecho el bien irán a la vida eterna y los que hayan hecho el mal al fuego eterno.
- Esta es la fe católica*, que si el hombre no cree fielmente no puede salvarse.
*Católico significa universal, y no es una referencia a la Iglesia Católica Romana.